A consecuencia de la implementación del teletrabajo como una nueva práctica en las empresas debido al confinamiento provocado por el Covid-19, se ha generado una polémica sobre si en verdad los empleados son más productivos trabajando desde casa. Pero los resultados han dejado de ser positivos, pues en ocho de cada 10 organizaciones el cansancio mental y sobre todo el físico, han comenzado a afectar el rendimiento de los colaboradores.
Durante los primeros meses de confinamiento, 40% de las empresas confirmaron que el home office impactó de forma positiva en su productividad, quizá por la novedad que representaba para los empleados esta forma de trabajo sin la necesidad de salir de casa. Ocho meses después, solo el 18% de las organizaciones aún piensa que sí.
La Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos (SRHM, por sus siglas en inglés) afirma que bajo el esquema home office, solo el 31% de los colaboradores son productivos, esto indica que la modalidad de trabajo desde casa no es funcional para todos los empleados de una empresa. Por lo que, si se siguen prolongando los periodos de confinamiento, la productividad se verá aún más afectada.
Es probable que esta baja en la productividad se deba a que las personas ya se hartaron del confinamiento y por eso buscan salir o ya quieren volver a sus lugares de trabajo, aunque gran parte de los colaboradores que han pedido seguir bajo el esquema home office es porque se sienten más cómodos, son muy introvertidos o porque su economía se ha visto favorecida gracias al ahorro en comidas y traslados, pero esto ha provocado un desbalance en sus agendas porque ahora se trabajan más horas desde casa.
En este momento, las principales tareas de las áreas de Recursos Humanos deben enfocarse en procurar la seguridad de los empleados, definir cuáles son las actividades que pueden llevarse a cabo desde casa, identificar a aquellos trabajadores con más competencias y personalidad para desarrollar su trabajo en home office, así como a aquellos que quieran seguir bajo ese esquema.
A esto se suman los retos que implica mantener el compromiso, la colaboración, motivación y liderazgo de todos los miembros de la organización, así como no olvidarse de reconocer a su activo más importante, su capital humano, para conservar su fidelización y compromiso.
Y aunque lograr un equilibrio entre la nueva forma de trabajo y los objetivos de las empresas no es una tarea fácil, es posible obtener un balance adecuado si las organizaciones se enfocan en el bienestar de los empleados. Esta nueva normalidad vino a reconfigurar las relaciones laborales, a potenciar la flexibilidad hacia los colaboradores y a procurarles un retorno seguro cuando llegue el momento de salir de casa para volver a sus sitios de trabajo.